II. Decepción II
A mi debilidad.
¿Dejaré de amarte?
¿Dejaré de amarte?
Me propuse sacar de mi
a aquél a quién quería
y me hacía daño.
Abrí la puerta.
No con la intención
de alejarlo del todo.
Eso sería utópico
o me haría mas daño.
Solo quería enseñarle otro huerto,
donde cultive el "amor bonito".
El "amor chiquito" de aquellos niños.
El ayer que hoy necesito.
Todo lo logré.
Todo.
Y todo me fue mal.
Él está ahora en mis recuerdos.
Lo amo en mis recuerdos.
Así esta bien.
Pero olvidé cerrar la puerta
y trancarla con dureza.
Olvidé que un intruso podía entrar
y hacer lo que quisiera.
Mi debilidad es inmensa.
Ya no tengo fuerzas.
Aún no consigo hallarme completa.
Y mi alma, aún incompleta,
busca el trozo de vida
que él guardó celoso en su pecho.
Y clausuré la puerta.
Sí, con el intruso dentro,
sin darme cuenta.
¿Qué hacer ahora?
¿Qué puedo hacer?
Te tienes que ir, eso lo sé.
Pero como sacarte de aquí,
-de mí-.
Mi debilidad es inmensa.
Y crece.
Crece con esta nueva decepción.
Pensé que era él.
Él, que me esperaba.
Él, a quién esperaba
-y ya amaba-.
Cuando te ví, en la oscuridad,
pensé que eras él.
Pero a la luz,
el dolor que me causó tu amor
me ha demostrado mi gran error.
¿Qué hacer ahora
que duele esta nueva decepción,
tanto, o quizá más, que la primera?
¿Qué puedo hacer
si mi debilidad es, ahora, más inmensa?